HEMEROTECA: El misterio de la operación 'Flecha Rota'


El día 17 de enero de 1966, un bombardero  «B-52» del S.A.C. (Strategic Air  Command), sufrió un accidente al ser  repostado en vuelo por un avión nodriza  «KC-135». Como es sabido, en la colisión  perecieron siete de los once tripulantes  de los dos aviones; los cuatro restantes  pudieron lanzarse en paracaídas y ser  rescatados con posterioridad. Los restos  incendiados de los aparatos cayeron a tierra y se dispersaron.

También hay suposiciones y dichos por prensa extranjera (no demostrado) de que en el choque intervino un Platillo Volante. El bombardero «B-52»  transportaba 4 bombas termonucleares. Nunca se supo a donde se dirigían, ni tampoco que hacían en las costas de España con un cargamento tan peligroso.


A raíz del accidente cayeron a tierra tres bombas  y una  al mar. Muchas hipótesis decían que hubieron fugas de radiación, pero la poca o mucha censura que aún existía, en aquella época y más con las buenas relaciones existentes con E.E.U.U, negaron hubiese habido cualquier peligro, de contaminación nuclear.

La operación de búsqueda y rescate de las bombas fue llamado por el ejército USA, "Operación Flecha Rota". En España se le llamó, las bombas de Palomares.

Una de las bombas que cayó al mar, costó mucho tiempo y trabajo el recuperarla. Primero porque no se encontraba. Y cuando se encontró porque estaba según dicen a 720 mts. De profundidad.
La operación duró desde 17 de Enero de 1966 hasta el 12 de abril del mismo año, cuando salió hacia Estados Unidos, la última bomba recuperada.

A pesar de incidir mucho que jamás hubo peligro de contaminación nuclear, sí existieron casos de personas contaminadas.  Aún hoy, la zona está contaminada y se habla muy poco de ella, a pesar del peligro existente.
Lo que no he logrado encontrar datos es de cómo se recuperaron las otras tres bombas que cayeron a tierra y en qué estado estaban. Me imagino que el impacto sobre el suelo tuvo que ser, impresionante y que alguna de ellas se destrozaría, dando lugar a escape radioactivo.

En aquella época se escribieron ríos de tinta sobre las "Bombas de Palomares", casi toda la información que he recopilado, es de la hemeroteca del periódico La vanguardia. 

Al final de todos los titulares del caso de "Las bombas de palomares", expongo titulares actuales, que indican que aún no es segura aquella zona, por peligro de contaminación atómica, y que es aconsejable llevar cuidado si se visita como turista.

Uno de los dos aviones que chocaron sobre Almería, llevaba armamento nuclear. (LVG19660123-090-Edición del domingo, 23 enero 1966, página 90)



UN PESCADOR RELATA COMO LLEVARON A CABO LAS PRIMERAS
TAREAS DE AUXILIO: Activos trabajos para recuperar los restos de los aviones perdidos sobre Almería. martes, 25 enero 1966, página 9
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DESPUES DEL ACCIDENTE AEREO DE ALMERIA: La recuperación de restos prosigue a vivo ritmo. miércoles, 26 enero 1966, página 4
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RECOGIDA DE LOS RESTOS DE LOS AVIONES NORTEAMERICANOS CAIDOS EN PALOMARES: Potentes tractores han abierto una ancha pista hasta el lugar del accidente. jueves, 27 enero 1966, página 11
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AUN NO HA APARECIDO EL ARTEFACTO NUCLEAR QUE TRANSPORTABA UNO DE LOS REACTORES SINIESTRADOS: Una agrupación de la VI Flota prosigue la búsqueda
en el mar. viernes, 28 enero 1966, página 6
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PROSIGUE LA AFANOSA BÚSQUEDA DEL ARTEFACTO SUMERGIDO: Se espera la llegad de dos pequeños submarinos o batiscafos. miércoles, 02 febrero 1966, página 7
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LOS SUBMARINOS «ALVIN» Y «ALUMINAUT» EXPLORARÁN EL FONDO DEL MAR: En busca del artefacto atómico perdido. jueves, 03 febrero 1966, página 7
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AL PARECER, ESTÁ LOCALIZADO EL ARTEFACTO PERDIDO EN LAS AGUAS: Los técnicos montan el submarino oceanógrafico «Alvin». viernes, 04 febrero 1966, página 6
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INTENSOS TRABAJOS PARA LA LOCALIZACION DEFINITIVA DEL ARTEFACTO NUCLEAR PERDIDO FRENTE A ALMERÍA: Las radiaciones detectadas son completamente inofensivas. sábado, 05 febrero 1966, página 7
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PEQUEÑAS NOTICIAS EN TORNO AL CAMPAMENTO DE PALOMARES: El artefacto nuclear sigue en las profundidades marinas. domingo, 06 febrero 1966, página 6
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EN BUSCA DEL ARTEFACTO ATÓMICO. martes, 08 febrero 1966, página 7
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SE ESPERA QUE HOY COMIENCEN SU TRABAJO LOS SUBMARINOS «ALVIN» Y «ALUMINAUT»: Serán recogidos incluso los restos más pequeños de los aviones. jueves, 10 febrero 1966, página 11
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ACCIDENTE AEREO DE ALMERÍA, SIGUE LA INTENSA BUSQUEDA DEL CUARTO ARTEFACTO NUCLEAR: Hay muchas probabilidades de que el ingenio
se encuentre en el mar. viernes, 11 febrero 1966, página 6
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LONDRES, AFIRMACIÓN OFICIAL BRITÁNICA: «En la Costa del Sol, no existe radioactividad peligrosa». viernes, 11 febrero 1966, página 17
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NO HAY PELIGRO DE RADIOACTIVIDAD EN PALOMARES. sábado, 12 febrero 1966, página 6
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EL SUBMARINO «ALVIN» HA COMENZADO LA BUSQUEDA DEL ARTEFACTO ATÓMICO: Apesar del fuerte viento reinante, el pequeño sumergible realizó varias inmersiones. sábado, 12 febrero 1966, página 9
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PROSIGUEN LOS TRABAJOS DE BUSQUEDA CON LOS SUBMARINOS DE BOLSILLO: Las operaciones cesaron cuando comenzó un fuerte temporal de viento, al caer la tarde. domingo, 13 febrero 1966, página 6
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HAN SIDO HALLADOS LOS RESTOS DEL AVIÓN NORTEAMERICANO QUE SE ESTRELLÓ EN SIERRA NEVADA: martes, 15 febrero 1966, página 5
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EL ACCIDENTE DEL AVION ESTRELLADO EN SIERRA NEVADA: martes, 15 febrero 1966, página 6
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SUBMARINOS ESPECIALES EN LA OPERACIÓN DE PALOMARES: Han sido recuperadas ya doscientas toneladas de chatarra de los aviones
siniestrados jueves, 17 febrero 1966, página 11
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LA «TASK-FORCE 65» LLEVA UN MES RECUPERANDO LOS RESTOS DEL BOMBARDEO ATÓMICO: Al parecer, aún no ha sido encontrado el cuarto artefacto nuclearviernes, 18 febrero 1966, página 7
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PREPARATIVOS EN EL CAMPAMENTO DE LA «TASLC FORCE» PARA UNA LARGA ESTANCIA: Todo hace sospechar que la cuarta bomba será difícil ds recuperar sábado, 19 febrero 1966, página 10
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FOTOGRAFÍA DEL PESCADOR QUE ENCONTRÓ LA CAJA NEGRA DEL BOMBARDERO ATÓMICO. domingo, 20 febrero 1966, página 10
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EL HIJO DE LINDBERGH TOMA PARTE EN LA OPERACIÓN DE PALOMARES. jueves, 24 febrero 1966, página 11
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GRAN PAUSA EN LA OPERACIÓN FLECHA ROTA: Las tareas de rescate del artefacto perdido no parecen estar próximas a su fin. sábado, 26 febrero 1966, página 6
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PARECE QUE SE INTENSIFICA LA BUSQUEDA DEL ARTEFACTO PERDIDO EN EL MAR: Cuatro submarinos han comenzado La exploración de los fondos costeros. domingo, 27 febrero 1966, página 9
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CONTINUA SIN APARECER EL ARTEFACTO NUCLEAR PERDIDO EN PALOMARES: Cuatro submarinos buscan en el mAr y 800 hombres en tierra. martes, 01 marzo 1966, página 7
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NO HUBO NI PUDO HABER PELIGRO DE RADIACTIVIDAD EN LA ZONA DE PALOMARES: Declaraciones del presidente de la Junta de Energía Nuclear, doctor Otero Navasqüés. miércoles, 02 marzo 1966, página 7
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EL ACCIDENTE DE PALOMARES NO HA DADO LUGAR A CONTAMINACIONES APRECIABLES EN LA ZONA: Informe de la Comisión de Energía Atómica norteamericana
tras una minuciosa investigación. viernes, 04 marzo 1966, página 11
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LOS ARTEFACTOS NUCLEARES SÓLO ESTALLAN POR EL DISPARO SIMULTANEO DE TODOS SUS DETONADORES: Aclaración del Departamento de Defensa norteamericano
en torno al accidente de Palomares. sábado, 05 marzo 1966, página 21
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TENDENCIOSOS COMENTARIOS EN TORNO' AL ACCIDENTE DE PALOMARES. Hasta Platillos Volantes. domingo, 06 marzo 1966, página 17

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EL FANTASMA DE LA RADIOACTIVIDAD EN PALOMARES: 08 marzo 1966, página 13
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BREVE ESTANCIA DEL SR. FRAGA IRIBARNE EN TIERRAS DE ALMERÍA. Antes de que las tropas americanas abandonen la zona aún realizarán otrás siete u ocho exploraciones. miércoles, 09 marzo 1966, página 5
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PROSIGUE LA ENTREGA DE INDEMNIZACIONES EN PALOMARES. En un paisaje sólo apto para películas del Oeste. jueves, 10 marzo 1966, página 7
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SE INTENSIFICA LA BUSQUEDA DEL ARTEFACTO NUCLEAR, CAIDO EN AGUAS DE PALOMARES. Empiezan a devolverse las fierras.a sus propietarios. domingo, 13 marzo 1966, página 9
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AL PARECER HA SIDO LOCALIZADO LA BOMBA ATÓMICA PERDIDA EN PALOMARES. viernes, 18 marzo 1966, página 5.
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SE DA COMO CIERTO QUE EL OBJETO ENCONTRADO EN EL MAR ES LA BOMBA ATÓMICA: E l artefacto se halla envuelto en un paracaídas ha sido fotografiado por el submarino «Alvin». sábado, 19 marzo 1966, página 5
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EL ARTEFACTO ENCONTRADO EN EL MAR, SERÁ ARRASTRADO HACIA AGUAS MENOS PROFUNDAS. En el lugar donde se encuentra corre peligro de resbalar hacia lugares de más difícil acceso. domingo, 20 marzo 1966, página 5
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LA BUSQUEDA EN PALOMARES. Continuación de la noticia anterior. domingo, 20 marzo 1966, página 6
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UNA FUERTE MAREJADA RETRASA LAS OPERACIONES DE RESCATE DEL ARTEFACTO ATÓMICO. El general jefe de la «Task Forcé» se despide del pueblo de Palomares. Espero que pronto habrá muy buenas noticias que comunicarles. martes, 22 marzo 1966, página 5
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LA «OPERACIÓN FLECHA ROTA» TOCA A SU FIN: De un momento a otro s«s dará lo orden de Izar la bombaa la superficie. jueves, 24 marzo 1966, página 13
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COMPÁS DE ESPERA EN LA RECUPERACIÓN DE LA BOMBA H. Por haber resbalado hasta una profunda sima submarina la bomba de hidrógeno. sábado, 02 abril 1966, página 9
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AYER FUE RECUPERADA LA BOMBA H CAÍDA AL MAR EL 17 DE ENERO. El artefacto pesa más de una tonelada y se encontraba a 762 metros, de profundidad, envuelto aún en su paracaídas. viernes, 08 abril 1966, página 5
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Después de todos estos titulares con sus respectivas noticias, se intentó calmar a la población. Entonces se dijo que no había, ningún problema ni tipo de radiación. El Sr. Fraga Iribarne a pesar de que realmente no se bañó en las playas contaminadas, lo dio a entender para quitar el miedo.Según dijeron los habitantes del pueblo de Palomares, no llegaron a ver bañarse al Sr. Fraga en sus playas. Solo lo vieron en las fotos de los periodicos de aquella época. En el año 1996 parecía que la dictadura había desaparecido, pero aún quedaba mucha censura.

A continuación pongo varios titulares ya recientes del periódico El País, que indica lo contrario. Que sí existe contaminación nuclear. Espero que les haya gustado.

Palomares: 50.000 metros contaminados con plutonio

Moratinos pidió en 2009 a Clinton que pagara la limpieza antes de que se conociera "la contaminación nuclear en el lugar".- EE UU se desentiende del problema y se niega a llevarse el suelo radiactivo pese a que su embajada se lo recomendó

España y Estados Unidos tienen un problema enquistado desde 1966: el accidente nuclear en Palomares, en el que cuatro bombas atómicas cayeron en la pedanía almeriense. España decidió en 2004 descontaminar la zona e insiste en que EE UU pague parte de la limpieza y se lleve la tierra contaminada con plutonio. Así se lo transmitió el 14 de diciembre de 2009 el entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en Washington. Moratinos reclamó, según un cable confidencial, que Clinton hiciera lo posible "para ayudar desde el punto de vista de la opinión pública española, de la que temió que se volviera en contra de EE UU si se divulgaran los resultados de un reciente estudio sobre la contaminación". Clinton no contestó. El estudio, a cuyas conclusiones ha tenido acceso EL PAÍS pero que no ha sido hecho público, concluye que en Palomares queda medio kilo de plutonio que ha contaminado unos 50.000 metros cúbicos de tierra -el volumen de 27 piscinas olímpicas-.

En diciembre de 2009, Clinton "comentó que recordaba el accidente pero no se comprometió"
El estudio ha hallado medio kilo de plutonio que contamina 50.000 metros cúbicos de tierra
La legación en Madrid admite que en 1969 "se comprometió a sufragar los gastos del accidente"
Otro cable dice que EE UU no tiene obligación legal pero que su apoyo hasta el final "estaba implícito"
Hace dos semanas, en la Cumbre de Lisboa, EE UU volvió a dar largas a la petición española
El embajador advirtió de que si no pagaban serían criticados por no hacerse cargo de su basura
Los cables revelan que Washington sabe que su compromiso estaba escrito en un documento de 1969. La Embajada en Madrid pidió al Departamento de Estado que pagara o, de lo contrario, serían duramente criticados si eludían su responsabilidad. Sin embargo, EE UU comunicó a España en una nota verbal del 16 de noviembre pasado que necesita más estudios, que por ahora no va a pagar su parte de la descontaminación, según fuentes conocedoras del documento. Este no aparece en los cables de Wikileaks, ya que las comunicaciones filtradas concluyen el pasado mes de febrero. Pero supone el colofón a un intenso intercambio de pareceres que demuestra que el caso Palomares ha estado muy presente en las relaciones bilaterales.
El 7 de noviembre de 2006, un cable de la Embajada de Madrid a Washington (84732) firmado por el embajador Eduardo Aguirre (en el cargo entre 2005 y 2009) relata la visita a España de John Shaw, secretario adjunto del Departamento de Energía (DOE) en septiembre de 2005. Shaw visitó Palomares, pese a lo que el Ministerio de Exteriores español no le trató durante la visita. El cable afirma que "Shaw no se comprometió formalmente a dar financiación del DOE a ningún plan eventual de limpieza, pero quedó implícito que el DOE permanecería en la escena de una forma u otra hasta que Palomares estuviera limpio".
La nota recuerda que tras el choque de dos aviones militares durante un repostaje en el aire, el 17 de enero de 1966, el Ejército estadounidense se llevó unas 1.700 toneladas de tierra contaminada a un almacén nuclear en Carolina del Sur. En 1997, el DOE "se comprometió a pagar el 25% del gasto anual del Ciemat en vigilancia ambiental y médica, hasta unos 300.000 dólares" al año. El Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, del Ministerio de Ciencia) es heredero de la Junta de Energía Nuclear de Franco y quien vigila Palomares. Entre 1997 y 2007, el DOE pagó tres millones de dólares al Ciemat.
Una zona olvidada
Palomares nunca fue un problema, era una zona olvidada. Pero hace una década llegó la burbuja inmobiliaria y, con ella, los planes para construir decenas de miles de viviendas del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora (al que pertenece Palomares) y de Vera, que también tiene terreno afectado. Pretendían multiplicar por 10 la población de Palomares (1.500 habitantes) y obligaron al Ejecutivo a dejar de mirar hacia otro lado.
En 1996, las mediciones de radiación en el aire y los cultivos comenzaron a dar niveles anormalmente altos. Era el americio, producto de la desintegración del plutonio y que se dispersa más fácilmente. En 2001, el Ciemat tomó nuevas muestras de suelo y halló un nivel de radiación 20 veces superior al considerado aceptable para un suelo donde vive gente. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) alertó de que remover la tierra contaminada era un riesgo para la salud.
En la Ley de Acompañamiento de 2003, el Ejecutivo de José María Aznar incluyó la expropiación de los terrenos en los que cayeron las bombas. Todos esos movimientos se hicieron sin comunicarlo públicamente. La ley que permitía la expropiación no citaba en ningún lado la palabra Palomares.
En 2004, ya con el PSOE, llegó a la dirección del Ciemat Juan Antonio Rubio, quien, según la nota de la embajada, "revitalizó una institución moribunda" y puso en marcha un plan de descontaminación. Rubio, ya fallecido, declaró entonces a EL PAÍS que él fue el primer sorprendido al saber que el plutonio seguía enterrado: "Lo mejor es quitar el material radiactivo y olvidarnos de Palomares". El Ciemat comenzó a realizar un detallado estudio tridimensional de la contaminación: expropió los terrenos de las bombas, tomó 325.000 muestras con un georradar en 6,6 millones de metros cuadrados de suelo y analizó 1.848 muestras de tierra. EE UU puso 1,983 millones de dólares para el estudio. En un informe preliminar, de junio de 2007, el Ciemat admitió que había contaminación fuera de las zonas valladas y expropiadas y el CSN replicó que la contaminación detectada se podría superar la dosis de radiación admisible para el público, lo que obligó a "imponer restricciones totales o parciales" al uso del suelo.
El estudio sobre la radiación enterrada se terminó en diciembre de 2008 y es al que se refiere Moratinos. El Gobierno no lo ha hecho público, pero según las conclusiones, ha hallado 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada con medio kilo de plutonio (cada bomba tenía entre 4 y 5 kilos). Además, desvela la localización de las zanjas radiactivas en las que el Ejército de EE UU dejó enterrados restos metálicos contaminados y que la sobreexplotación del acuífero ha provocado la intrusión salina (entra agua de mar en el subsuelo), algo que "reduce las posibilidades de que el agua subterránea haya sido utilizada para beber o regar". Hay tres zonas contaminadas, una cerca del cementerio -donde están las zanjas-, un solar en el centro de la pedanía, y 20 hectáreas en la sierra de Almagrera, donde el viento llevó parte de la contaminación durante la caída de la bomba. De los 50.000 metros cúbicos contaminados hay 4.200 con un nivel de radiación que implica "la restricción total de uso". Los investigadores buscan cómo reducir el volumen de tierra con un tamizado y consideran que los 50.000 metros cúbicos de tierra radiactiva se podrían quedar en 6.000.
Control de daños
El embajador Aguirre advirtió a Washington ya en 2006 de que si decidían no pagar nada "la embajada debería preparar una estrategia de control de daños, ya que EE UU sería atornillado en la prensa (por ejemplo, un buen aliado debería solucionar su propio lío)". El entonces embajador, que también visitó Palomares, recomendó buscar financiación militar.
La decisión de Washington de desentenderse del accidente ha contado siempre con la oposición de su legación en Madrid. Arnold Chacon, ex encargado de negocios y embajador interino entre enero de 2009 y enero de 2010, elevó el 30 de abril de 2009 un despacho confidencial sobre Palomares (204960). Chacon expresa a Washington sus dudas: "¿Está el Gobierno de EE UU considerando pagar al menos parte de la limpieza y llevarse parte del suelo contaminado?". La Embajada revisó todo el expediente para responder la pregunta de si estaban obligados legalmente a pagar. "La Embajada no conoce ningún documento que indique que el Gobierno de EE UU se haya comprometido a financiar la limpieza", aunque admite que hay "una referencia en un documento de poco valor de 1969" a una garantía del general Wilson. La legación explica que cree que se trata del militar "Delmar Wilson, que estuvo al mando de la respuesta inicial al accidente" y que en ese texto queda claro que "el Gobierno de EE UU sufragaría todos los gastos causados por el accidente, pero el contrato no explica qué cubre esta garantía". El Ciemat encargó otro informe jurídico en el que ve muy difícil reclamar el pago en los tribunales.
Los documentos firmados durante décadas no dejan claro quién debe pagar. El acuerdo Hall-Otero, del 25 de febrero de 1966, un mes después del accidente, se refiere a "un área rural que ha sido descontaminada de acuerdo con límites y procedimientos de descontaminación mutuamente acordados y no hace referencia a ninguna limpieza adicional", según prosigue Chacón. "Sin embargo" ?admite? "está claro que, debido a los avances del conocimiento científico de qué niveles de contaminación son aceptables y con los resultados preliminares del mapa de la contaminación, la limpieza adicional ahora es considerada necesaria".
En 2006 y 2007 los dos países firmaron nuevos documentos para llevar a cabo el proyecto para conocer la contaminación en detalle. El cable considera que ninguno de estos "constituye un compromiso para ninguna de las partes para llevar a cabo la limpieza". Chacón considera, pues, que no hay obligación legal pero advierte a sus superiores de que las negociaciones en "2005 y 2006 contribuyeron a la expectación" de que EE UU apoyaría la limpieza. Insiste en que, aunque nunca se comprometieron por escrito, los tratos entre representantes de los dos Ejecutivos "reforzaron" la aspiración de que los estadounidenses pagarían y de que se llevarían el plutonio. En la Península Ibérica no hay ningún almacén para esta sustancia. El plutonio tarda 24.000 años en desintegrarse a la mitad.
Gastos compartidos
Los científicos españoles involucrados en la limpieza siempre daban por descontado el apoyo: "Con EE UU no hay ningún problema. Pagarán su parte. Son gente muy seria y saben que esto lo causaron ellos", afirmaban con rotundidad. Aunque con el cambio de Administración y la llegada de Obama todo cambió. El 8 de octubre de 2006, Juan Antonio Rubio explicó a EL PAÍS: "EE UU nos va a ayudar en la parte técnica y aunque no se dice cuánto, los gastos serán compartidos". La información no fue desmentida y salió en medios internacionales. La Embajada admite en sus cables que "las historias en la prensa" reforzaron la impresión de que Washington pagaría su parte de los 25 millones en los que está presupuestado el proyecto.
Chacón, al igual que su predecesor, entiende la petición española: "Si el Gobierno de EE UU decide no colaborar en la limpieza, anticipamos una significativa reacción negativa del Gobierno de España y del público y la prensa española (esperamos que la prensa de EE UU, que ocasionalmente sigue el tema, también se interesaría)". El embajador considera que lo relevante no es si hay un compromiso implícito o explícito, sino que la discusión se centraría en "la falta de voluntad de EE UU de ayudar a terminar de limpiar la contaminación causada por armas de EE UU que cayeron de aviones de la Fuerza Aérea de EE UU".
Pese a los cables, Washington siguió dando largas. Hace un año, Moratinos sacó el tema en Washington y pidió ayuda antes de que se conocieran las conclusiones del estudio. En la reunión estaba el entonces embajador en EE UU, Jorge Dezcallar, y el ex director general para América del Norte Luis Felipe Fernández de la Peña. Clinton le replicó "que recordaba el accidente pero no hizo ningún compromiso". En lugar de eso, en el presupuesto para el curso 2009-2010, EE UU dejó de pagar los 300.000 dólares anuales que abonaba desde 1997.
En mayo de este año, durante la visita del actual vicepresidente norteamericano Joe Biden a España, Exteriores sacó el tema y el 7 de julio, finalmente, hubo una reunión en Washington entre representantes del Gobierno y militares estadounidenses. El Ejecutivo español (La Moncloa, Exteriores y el Ciemat) llevaba tres ideas: que España necesitaba ayuda tecnológica, financiera y, sobre todo, que EE UU debía llevarse la tierra. No hubo respuesta, solo tomaron nota, como había hecho Clinton siete meses antes. La réplica finalmente llegó en una nota verbal de dos folios del 16 de noviembre pasado.
Análisis a la población
En ella, EE UU afirma ahora que necesita más estudios antes de tomar una decisión, que hay que realizar análisis a la población y establecer criterios de exclusión de uso del suelo. Fuentes españolas consideran que el escrito supone retroceder 40 años, que no abordan el problema del plutonio y ni mencionan el americio. Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción, y buen conocedor del proceso, culpa a EE UU "pero también al Gobierno español": "España ha enviado delegaciones muy técnicas, de muy poco nivel y Exteriores nunca se ha implicado en el proceso. Así que EE UU, que en principio se tomó el tema muy en serio, ha aprovechado la puerta que le han dejado abierta".
El Gobierno ha recibido con sorpresa y desánimo la respuesta y ha convocado una reunión el 14 de diciembre para decidir qué hacer. España es consciente de que sin ayuda estadounidense no puede solucionar Palomares. "No dicen que no vayan a colaborar, es una nota interina en la que piden más estudios. En esencia, se dedican a dar largas", resume una fuente próxima a la negociación.
Ante la previsible negativa estadounidense, el Ejecutivo involucró a la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que ha preparado un informe sobre la situación. Además, en abril visitaron Palomares expertos de Euratom (la agencia europea de la energía atómica) y elaboraran otro informe para el Parlamento Europeo. España espera que la publicidad del informe sirva de palanca para implicar a EE UU. Pero admite que es muy complicado porque Washington no quiere crear un precedente y comenzar a recibir reclamaciones de otros lugares del mundo donde ha dejado contaminación radiactiva.

Fuentes: EL PAÍS

La investigación del mayor incidente nuclear 

PRIMER ANÁLISIS DETALLADO DE LA RADIACIÓN 41 AÑOS DESPUÉS DEL ACCIDENTE NUCLEAR

Detectada contaminación en Palomares fuera de las zonas expropiadas y valladas

El 17 de enero de 1966, el cielo de Palomares (Almería) vivió el mayor accidente con armas nucleares sobre población civil de la historia. Un bombardero estadounidense colisionó en vuelo con el avión- nodriza del que repostaba. Cayeron cuatro bombas termonucleares, más potentes que las de Hiroshima. Dos fueron recuperadas intactas y dos liberaron parte de la carga. Aunque parezca increíble, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) acaba de concluir el primer gran análisis detallado de la radiación en Palomares. No hay riesgo para la salud, pero la zona contaminada ha pasado de 90.000 metros cuadrados a 300.000 por el descubrimiento de una gran bolsa de contaminación radiactiva.
Han pasado 41 años desde el accidente nuclear y el suelo de Palomares, en Almería, aún depara sorpresas. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) ha concluido el primer análisis detallado de 6,6 millones de metros cuadrados del pueblo y ha determinado que algunas zonas que se creían seguras están contaminadas por americio (producto de la desintegración del plutonio). Aunque no hay riesgo para la población, la prudencia aconseja "imponer restricciones totales o parciales al uso del suelo" y "restringir la comercialización de productos alimentarios cultivados en la zona", según la documentación del Ciemat (organismo dependiente del Ministerio de Educación), y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

El Consejo de Seguridad Nuclear ordena el lunes "por prudencia" ampliar el suelo restringido para cultivar o construir
El hallazgo de 210.000 metros cuadrados contaminados hasta ahora desconocidos triplica el área oficialmente radiactiva
Un macroestudio oficial halla derivados de plutonio fuera de las parcelas restringidas en dosis mayores de las permitidas
"Los resultados deben tranquilizar a todo el mundo", afirma la responsable del estudio
El Gobierno asegura que EE UU pagará parte de las tareas de limpieza y restauración
Entre el 21 de noviembre y el pasado 22 de febrero, los técnicos del Ciemat barrieron a pie Palomares (1.300 habitantes). Cada siete metros o cada cinco segundos, con un ordenador portátil, un GPS y un medidor de radiación analizaron una superficie como la de 660 campos de fútbol. En total, obtuvieron "63.000 registros de medidas que sirven para estimar las concentraciones en los primeros 15 centímetros de suelo de americio-241", entre otros elementos radiactivos, según detalla el informe Caracterización Radiológica Superficial Extensiva en Palomares.
El organismo tenía instalados medidores de la radiación del aire, pero del suelo sólo conocía que había problemas en las zonas en las que cayeron las bombas. Mientras los niveles del aire fuesen relativamente normales y estables, a nadie le importó la contaminación del suelo. Ya decaería. Eso cambió a finales de los 90, cuando la explosión urbanística llegó a Palomares y los dueños de los terrenos y el Ayuntamiento quisieron construir allí. Por eso en 2004, el director del Ciemat, Juan Antonio Rubio, siguiendo el trabajo del Gobierno de Aznar, decidió expropiar unos 70.000 metros cuadrados de dos terrenos en los que cayeron las bombas y en los que había contaminación muy superior a la del resto del pueblo. El objetivo era evitar la urbanización, ya que el movimiento de tierra podía resuspender las partículas radiactivas. Parte del terreno estaba ya recalificado.
El estudio de Palomares ha supuesto una gran cantidad de ida y venida de informes y cartas entre el Ciemat (que realiza los estudios) y el CSN (que los aprueba y supervisa). El pasado 10 de mayo, Rubio remitió una carta al CSN junto a las conclusiones del estudio. Allí detalla que "se ha barrido una extensión tres veces mayor a la que, en 1966, se integraba dentro de la línea cero inicial de contaminación, que abarcaba 230 hectáreas".
La presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, replicó el pasado 1 de junio con otra carta en la que le pedía más datos: "La concentración de americio-241 que se aprecia en los mapas enviados revela puntos fuera de las áreas expropiadas con valores de entre 5 y 50 becquerelios por kilo [medida de desintegración], lo que podría dar lugar a dosis superiores a 1 milisievert al año, con la subsiguiente necesidad de imponer restricciones totales o parciales según el caso".
En efecto, el estudio ha revelado ahora que junto a la bomba que liberó más carga -la bomba 2- quedan unos 5.000 metros cuadrados contaminados y otros 10.000 "en una tercera zona de impacto que quedó interrumpida por la construcción de una balsa de riego". Se trata de un solar junto al cementerio, a las afueras del pueblo y cuya expropiación se ordenó en 2004 aunque no se completó hasta dos años después. Además, en el centro del pueblo cayó la bomba 3, en un solar de 4.000 metros que fue expropiado en 2004. Junto a ese terreno han aparecido más residuos.
El lunes, el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear se reúne para debatir el estudio. Previsiblemente, acordará la ocupación temporal de unos 50.000 metros cuadrados junto a las dos zonas expropiadas para prohibir allí cualquier cultivo y aislarlo. La figura elegida es distinta de la expropiación para agilizar los trámites.
Por último, al este de Palomares, en la sierra de Almagrera, ha aparecido la mayor bolsa de suelo contaminada: 200.000 metros en los que hay americio-241. Se trata de "la pluma de la explosión", los residuos de la bomba 2 que el viento llevó allí. Como son las partículas radiactivas depositadas por el viento, los expertos no esperan que la contaminación sea difícil de erradicar. Sólo en una depresión de unos 400 metros cuadrados ha aparecido radiación significativa. El americio se inhala y dura en el medio cientos de años. A los 432 años se ha desintegrado la mitad.
La responsable del estudio, Teresa Mendizábal, explica que "esa zona está ya protegida por su valor paisajístico y no se puede cultivar ni construir". Mendizábal destaca la importancia del informe -que ha costado 200.000 euros- y "que los resultados deben tranquilizar a todo el mundo al despejar las dudas sobre lo que hay en Palomares. Hemos mirado un área enorme con detalle y los resultados son tranquilizadores".
De los 6,6 millones de metros cuadrados analizados, en unos 300.000 (un 4,5%) hay radiación por encima de lo permitido. Esto supone más que triplicar lo que hasta ahora se consideraba afectado. En las zonas oficialmente contaminadas, la dosis que reciben las personas es similar a que la de recibir a tres radiografías de tórax al año.
Una vez vallado el terreno, comenzará la descontaminación a fondo para devolverlo al pueblo y zanjar un problema histórico. El Gobierno español afirma que EE UU "aportará parte de la financiación" para la última etapa, la más cara. El Ciemat destaca que tiene "el máximo apoyo de EE UU, tanto como financiero como tecnológico".
Los técnicos implicados admiten que es extraño solucionar ahora un problema de 1966, pero señalan que ni Palomares era hace 20 años el foco de urbanismo y turistas que es hoy ni la tecnología permitía estos análisis tan detallados de forma accesible.
Lo que más temen los organismos implicados es la alarma injustificada. Por un lado admiten que no puede haber residuos radiactivos en una población y que es incomprensible que se haya llegado a esta situación 41 años después; por otro minimizan el problema. "No es peligroso, pero hay que acabar con el problema de una vez", resume una fuente del Consejo de Seguridad Nuclear.

"No hay riesgo para la salud"

Cada año, unos 150 vecinos de Palomares viajan a Madrid para sacarse sangre y orina para una muestra. Desde 1966, 1.029 personas han sido analizadas sin que los estudios epidemiológicos hayan detectado incidencia en la salud, según coinciden el Gobierno español y el de Estados Unidos.El departamento de Energía de EE UU, que cada año dispone de 300.000 dólares para estos estudios, asegura que unas 50 personas tenían restos de plutonio en la orina "a niveles no significativos"."Las dosis son muy bajas y vamos a restringir el uso de terrenos donde hay americio pero sólo por precaución. No hay riesgo para la salud", explica Teresa Mendizábal, responsable de Medio Ambiente del Ciemat. En eso coincide el director de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear, Juan Carlos Lentijo.En 2003, el CSN ordenó prohibir la venta de verduras cultivadas en zonas de Palomares en las que hubiera una radiactividad mayor de 5.000 becquerelios por kilo.En esas zonas, los habitantes reciben una dosis de 1 milisievert al año, una cantidad equivalente a tres radiografías de tórax o a un tercio de la radiación que, de media, recibe cualquier persona al año.

Fuentes: EL PAÍS













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