La mayor llamarada solar en quince años
agosto 15, 2011
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El Sol produjo el martes una gigantesca erupción, tres veces mayor que la del pasado febrero y una advertencia de lo que puede suceder de aquí a 2013 Días revueltos en la superficie del Sol. Después de que la semana pasada tres eyecciones de masa coronal dispararan las alarmas por sus posibles consecuencias en la Tierra, ayer martes se produjo una enorme llamarada de intensidad X6.9, la más fuerte detectada en años y tres veces más poderosa que la del pasado febrero (una X2.2), que hasta ahora era la mayor de este ciclo.
Por suerte, la enorme lengua de fuego no apuntaba directamente hacia la Tierra, aunque es un indicativo de lo que sucederá de aquí a 2013, cuando el actual ciclo solar (el número 24) alcance su máxima intensidad.
La espectacular llamarada fue detectada al mismo tiempo por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) y por el satélite GOES, de la NOAA (La agencia Meteorológica de los Estados Unidos). Los datos de ambos ingenios coinciden en que, definitivamente, se trata del mayor evento de este tipo registrado por ahora en este ciclo solar y también el más fuerte desde la gran llamarada de 2003.
Afortunadamente para la Tierra, esta gran llamarada no apuntaba directamente hacia nosotros, por lo que no se espera que afecte negativamente a nuestro planeta. La NASA ha alertado de que en los próximos días podría haber problemas en las comunicaciones por radio aunque asegura que, por esta vez, la cosa no pasará de ahí.
Las llamaradas solares son gigantescas explosiones sobre la superficie del Sol que lanzan al espacio ingentes cantidades de energía y de partículas. Las llamaradas pueden producir eyecciones de masa coronal (CME), auténticas nubes de material ardiente que viajan a través del espacio a miles de km. por segundo y golpean a los planetas del Sistema Solar.
Todavía queda lo peor
El número y la intensidad de las llamaradas solares se incrementa de forma dramática aproximadamente cada once años (la duración de un ciclo solar), y actualmente el Sol se dirige hacia el periodo de máxima actividad del ciclo actual (el número 24) que se producirá alrededor de 2013. Lo cual significa que habrá más llamaradas como ésta e incluso mayores, y que algunas de ellas podrían ser lanzadas contra la Tierra.
Según su intensidad, las llamaradas solares se clasifican, de menor a mayor, con las letras A, B, C, M y X, que son las más potentes. Cada letra, además, va seguida por una escala numérica, del 1 al 9. Las tres primeras categorías (A, B y C) no pueden causar daños en la Tierra. Las llamaradas del tipo M, sin embargo, son capaces de producir cortes en las comunicaciones y de poner en peligro a los astronautas.
Y después están las llamaradas de clase X, que son las más fuertes. A pesar de que la máxima numeración es la de X9, se pueden producir llamaradas mucho mayores. Un buen ejemplo es la que tuvo lugar en 2003, durante el máximo solar del ciclo anterior, que llegó a colapsar la capacidad de los sensores que observaban al Sol en ese momento. Los instrumentos dejaron de funcionar cuando alcanzaron la intensidad de X28.
Miles de bombas de hidrógeno
Las llamaradas de la clase X son, de lejos, las mayores explosiones que se producen en todo el Sistema Solar y pueden llegar a tener varias decenas de veces el tamaño de la Tierra, liberando una energía equivalente a varios miles de millones de bombas de hidrógeno.
Cuando estas llamaradas apuntan a la Tierra, las eyecciones de masa coronal asociadas pueden causar auténticos problemas en nuestro planeta, afectando a satélites, redes de comunicaciones y centrales eléctricas. Un ejemplo reciente se produjo los pasados 5 y 6 de diciembre de 2006, cuando una eyección de masa coronal inutilizó las transmisiones de una parte de la red de satélites GPS.
Por suerte, la enorme lengua de fuego no apuntaba directamente hacia la Tierra, aunque es un indicativo de lo que sucederá de aquí a 2013, cuando el actual ciclo solar (el número 24) alcance su máxima intensidad.
La espectacular llamarada fue detectada al mismo tiempo por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) y por el satélite GOES, de la NOAA (La agencia Meteorológica de los Estados Unidos). Los datos de ambos ingenios coinciden en que, definitivamente, se trata del mayor evento de este tipo registrado por ahora en este ciclo solar y también el más fuerte desde la gran llamarada de 2003.
Afortunadamente para la Tierra, esta gran llamarada no apuntaba directamente hacia nosotros, por lo que no se espera que afecte negativamente a nuestro planeta. La NASA ha alertado de que en los próximos días podría haber problemas en las comunicaciones por radio aunque asegura que, por esta vez, la cosa no pasará de ahí.
Las llamaradas solares son gigantescas explosiones sobre la superficie del Sol que lanzan al espacio ingentes cantidades de energía y de partículas. Las llamaradas pueden producir eyecciones de masa coronal (CME), auténticas nubes de material ardiente que viajan a través del espacio a miles de km. por segundo y golpean a los planetas del Sistema Solar.
Todavía queda lo peor
El número y la intensidad de las llamaradas solares se incrementa de forma dramática aproximadamente cada once años (la duración de un ciclo solar), y actualmente el Sol se dirige hacia el periodo de máxima actividad del ciclo actual (el número 24) que se producirá alrededor de 2013. Lo cual significa que habrá más llamaradas como ésta e incluso mayores, y que algunas de ellas podrían ser lanzadas contra la Tierra.
Según su intensidad, las llamaradas solares se clasifican, de menor a mayor, con las letras A, B, C, M y X, que son las más potentes. Cada letra, además, va seguida por una escala numérica, del 1 al 9. Las tres primeras categorías (A, B y C) no pueden causar daños en la Tierra. Las llamaradas del tipo M, sin embargo, son capaces de producir cortes en las comunicaciones y de poner en peligro a los astronautas.
Y después están las llamaradas de clase X, que son las más fuertes. A pesar de que la máxima numeración es la de X9, se pueden producir llamaradas mucho mayores. Un buen ejemplo es la que tuvo lugar en 2003, durante el máximo solar del ciclo anterior, que llegó a colapsar la capacidad de los sensores que observaban al Sol en ese momento. Los instrumentos dejaron de funcionar cuando alcanzaron la intensidad de X28.
Miles de bombas de hidrógeno
Las llamaradas de la clase X son, de lejos, las mayores explosiones que se producen en todo el Sistema Solar y pueden llegar a tener varias decenas de veces el tamaño de la Tierra, liberando una energía equivalente a varios miles de millones de bombas de hidrógeno.
Cuando estas llamaradas apuntan a la Tierra, las eyecciones de masa coronal asociadas pueden causar auténticos problemas en nuestro planeta, afectando a satélites, redes de comunicaciones y centrales eléctricas. Un ejemplo reciente se produjo los pasados 5 y 6 de diciembre de 2006, cuando una eyección de masa coronal inutilizó las transmisiones de una parte de la red de satélites GPS.
Fuentes: ABC.ES
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