¿Podrá la energía de fusión salvar el mundo?

El JET, la máquina más grande del planeta que imita a las estrellas para obtener energía, comienza sus experimentos después de 22 meses de parón

¿Podrá la energía de fusión salvar el mundo?

La energía de fusión tiene una propuesta impecable. Plantea imitar a las estrellas para obtener una fuente de energía inagotable, segura y limpia, una promesa de futuro para el mundo. De la misma forma que el Sol consigue mantenerse, se trata de unir partículas en vez de dividirlas, que es lo que hace la energía nuclear. El planteamiento es hermoso, pero su puesta en práctica complicada, muy ardua y, de momento, exageradamente cara. La esperanza en el desarrollo de este tipo de energía, hasta que un gigantesco laboratorio llamado ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional) se construya en Francia a mediados de la década de 2020, reside en el JET ( Joint European Torus), la máquina más grande del mundo para la fusión por confinamiento magnético, ubicada en Culhman (Inglaterra). Esta maravilla de la Física ha comenzado su primera serie de experimentos después de 22 meses en los que ha permanecido inactiva para mejorar su potencia e instalaciones.
Los investigadores, dirigidos por el físico británico Steven Cowley, responsable del centro para la Fusión de Culham, investigan la capacidad de la fusión para generar una energía segura, limpia, sin gases de efecto invernadero y prácticamente sin límites para las generaciones futuras. En realidad, la energía de fusión es el intento de imitar el proceso de liberación de energía que se produce cuando los núcleos atómicos ligeros se fusionan para formar átomos más pesados. Este proceso ocurre en las estrellas, y los físicos esperan que pueda ser reproducido en las plantas de energía de fusión en la Tierra. En un reactor de fusión, los núcleos de isótopos de hidrógeno, deuterio y tritio se fusionan para producir helio y neutrones a alta energía, pero hace falta que la temperatura ronde los 150 millones de grados, un proceso muy difícil de conseguir en el que intervienen campos magnéticos. El JET es la única instalación capaz de operar con una mezcla de deuterio y tritio, el combustible que se utilizará en el proyecto ITER.

Un pequeño ITER

Durante su etapa de descanso, el JET ha sido equipado con un nuevo muro, lo que le permitirá convertirse en la primera máquina de fusión que probará los materiales que serán utilizados en el ITER. Los científicos han cambiado aproximadamente 86.000 componentes, utilizando tecnología de manipulación a distancia. De esta forma, sabrán si lo que se proyecta para el gran reactor termonuclear de Francia responde a las expectativas. Es, en palabras de Francesco Romanelli, uno de los responsables del laboratorio, como «construir un pequeño ITER».
Otra de las mejoras realizadas en esta revisión real del proceso de fusión es un aumento del 50% de la potencia de calor. Con esta potencia extra, las temperaturas de chorro de plasma llegan más alto y acercarse a las condiciones del ITER.
Para los científicos, estas mejoras suponen un paso muy importante en un camino largo y tortuoso. En el año 97, el JET obtuvo 16 MW, suficiente para proporcionar energía a una localidad pequeña de 16.000 habitantes, aunque por poco tiempo. Ahora, el desafío es conseguir que sea energía sea más abundante y asequible. Europa gastará 6.000 millones de euros en el proyecto ITER, pero los expertos creen que, con suerte y si es que realmente funciona, la fusión no será masiva ni llegará a los hogares hasta la segunda mitad de este siglo, cuando existan cien reactores. Para algunos, ésta es la única fórmula para evitar un panorama energético inquietante en el que las centrales nucleares parecen inevitables y el carbón y el petróleo apenas durarán otros 200 años.

Fuentes: ABC.ES

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