Descubre más sobre los misterios que rodean el fenómeno ovni

Cuando pensamos en si hay vida en otros planetas, es imposible no pensar en los ovnis, esos objetos que siempre conectamos con los extraterrestres y los platillos voladores. Pero, ¿qué es un Ovni y que explicaciones nos da la ciencia al respecto?

 El término objeto volador no identificado, más conocido por ovni (del acrónimo Ovni, calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object), se refiere al avistamiento de un objeto volador, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo un misterio después de una investigación.

 Antes de que se acuñaran los términos platillo volador u ovni, queda constancia de una serie de menciones a extraños e inidentificados fenómenos aéreos ocurridos hace años; los cuales ya no serían asociados con creencias, leyendas o mitos, como se presume que podría haber sucedido en la antigüedad. Estas menciones datan desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX.

Así, los investigadores del fenómeno ovni consideran como el primer avistamiento documentado moderno, el sucedido en Chile en 1868. Fue publicado en el periódico El Constituyente, de la ciudad de Copiapó, y se refería al ovni observado en el mismo como a un volátil desconocido, y, posteriormente, ese mismo año, como a un grupo de estrellas filantes o bólidos que cruzaban el cielo. El fenómeno se observó muchas veces en esa zona durante dicho año, y es considerado por los ufólogos como la primera oleada de la que se tiene constancia, y el inicio de los registros que propiamente se relacionan al tema ovni.

Generalmente se relaciona a los ovnis con platillos voladores. Aunque los avistamientos de fenómenos aéreos inusuales se remontan a la antigüedad, el término platillo volador se popularizó en 1947, podríamos decir que por error. 

El 24 de junio de ese año, el piloto civil norteamericano Kenneth Arnold vio, mientras volaba, una formación de nueve artefactos aéreos muy extraños cerca del Monte Rainier, en el estado de Washington, EE. UU.

 Arnold declaró a la prensa que esos objetos revoloteaban como barcos en aguas muy movidas, y para ejemplificarlo comparó el modo de vuelo que observó al de (un platillo lanzado a través del agua). Los periódicos lo interpretaron mal y lo citaron incorrectamente, diciendo que el piloto había visto naves en forma de platillos que volaban.

A partir de ese momento, y debido al error de la prensa, empezaron a describirse avistamientos de objetos en forma de platillo volante (flying saucer), de modo que esta denominación terminó arraigando en el folclore popular, convirtiéndose en lo habitual para referirse a estos objetos en los años sucesivos. Posteriormente, otros objetos con formas de huso, triangulares o de cigarro puro desplazaron progresivamente a los avistamientos clásicos.

Pocos días después del avistamiento de Arnold se produjo el conocido como Incidente Roswell, donde, supuestamente, una nave tripulada por humanoides se estrelló en Nuevo México, cerca de una base militar estadounidense. 

El Gobierno desmintió cualquier intervención extraterrestre en el asunto, a pesar de que fue el responsable de la base de Roswell quien, en un primer momento, declaró a la prensa que el ejército de EE.UU. había capturado un platillo volante con sus tripulantes, lo que sin duda acrecentó la confusión.

 Los restos encontrados se definieron como parte de experimentos militares secretos y recientemente se ha añadido que los supuestos cuerpos alienígenas no eran más que muñecos empleados para pruebas de resistencia corporal (como los crash test dummies usados en las pruebas de choque de los automóviles).


Este fenómeno tiene tanto defensores como detractores, quienes se basan en las pruebas existentes y en ciertas explicaciones científicas para respaldar su posición. Son muchos los avistamientos del fenómeno, hay una gran cantidad de fotografías y vídeos que muestran objetos voladores no identificados, e incluso documentos e informes militares desclasificados.

Se han dado casos de aviones comerciales en los que gran número de pasajeros han visto al mismo tiempo un fenómeno de este tipo, así como registros de radar en aeropuertos no sujetos a la subjetividad del observador, y no se ha podido demostrar que todas estas evidencias sean falsificaciones o producto de alucinaciones. Los defensores de la validez del fenómeno se basan en esto y en el hecho de que, en su opinión, muchos de los postulados de la ciencia carecen también de la necesaria confirmación.

Fuentes:  noticias.terra.es

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