Un tesoro de antiguas y enigmáticas galaxias
Los satélites europeos 'Planck' y 'Herschel' descubren las agrupaciones de galaxias más lejanas exploradas hasta ahora
Se originaron entre 2.000 y 3.000 millones de años después del Big Bang y se cree que son las precursoras de los actuales cúmulos de galaxias
Los puntos rojos muestran la localización de las agrupaciones de... Los puntos rojos muestran la localización de las agrupaciones de galaxias descubiertas PLANCK/HERSCHEL
Son auténticas fábricas de estrellas y se formaron cuando sólo habían transcurrido entre 2.000 y 3.000 millones de años desde el Big Bang. Se trata de las agrupaciones de galaxias más antiguas que han sido exploradas hasta ahora. Un total de 228 grupos que, según creen los astrofísicos, podrían ser los precursores de los cúmulos de galaxias más grandes que existen en la actualidad.
Los dos telescopios espaciales europeos Planck y Herschel, lanzados conjuntamente en mayo de 2009, han trabajado en equipo para localizar estas agrupaciones de galaxias, cuyo descubrimiento fue presentado ayer simultáneamente en el Instituto de Astrofísica Espacial de Francia, en la sede de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Holanda y en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, en EEUU. Esta investigación internacional, en la que participan científicos de la Universidad de Oviedo y del Instituto de Física de Cantabria, se publicará en la revista Astronomy & Astrophysics.
Vertiginosa formación estelar
Mientras el satélite Planck ha encontrado «el cofre del tesoro», Herschel, un observatorio espacial capaz de detectar la radiación que emiten los objetos lejanos y muy polvorientos del Cosmos, ha averiguado qué había en su interior. El cofre serían esas agrupaciones compactas de galaxias muy lejanas. Y los objetos que constituyen ese tesoro son galaxias en las que se fabrican estrellas a una velocidad asombrosa. Hasta mil veces más rápido que en la actualidad. Se forman muchas estrellas y de gran tamaño.
El símil se le ha ocurrido al astrofísico italiano Luigi Toffolatti, profesor titular del Departamento de Física de la Universidad de Oviedo, para describir, «con un poco de fantasía», el último gran descubrimiento realizado por el consorcio Planck, en el que participa desde que está misión estaba siendo diseñada, a principios de los 90.
Según precisa Toffolatti en conversación telefónica, anteriormente se habían encontrado galaxias más antiguas, es decir, de una época todavía más temprana que las que se presentan en este trabajo. Algunas de estas galaxias se formaron cuando el Universo era apenas un bebé, pues tenía sólo unos 700 o 800 millones de años: «Pero se trataba de galaxias individuales. Nunca se habían visto grupos de galaxias tan antiguos como estos».
En un estudio publicado hace una década, Toffolatti y varios colegas de la Universidad de Oviedo y del Observatorio Astronómico de Padua ya predijeron la existencia y la posibilidad de observar estos proto-cúmulos (o clumps): «Es una gran satisfacción comprobar que habíamos acertado», afirma. Sí les sorprendió, sin embargo, tanto la gran cantidad de agrupaciones detectadas (228), como la gran actividad estelar que había en ellas. «Contienen muchas estrellas explosivas y gran cantidad de polvo. Por eso han podido verse a tanta distancia», señala Toffolatti.
«Fue una sorpresa enorme encontrar en grupos tan pequeños tantas galaxias polvorientas en las que se forman estrellas de una manera tan intensa», señala Hervé Dole, investigador principal, en un comunicado de prensa. Entre los autores de este estudio, figuran también Joaquín González-Nuevo, de la Universidad de Oviedo, así como Diego Herranz y Laura Bonavera, del Instituto de Física de Cantabria.
La misión de los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) Planck y Herschel, con una duración prevista de dos años, concluyó en 2013 tras ser prolongada un par de años. Herschel es el primer observatorio espacial capaz de observar toda la gama infrarroja, lo que le permite estudiar regiones invisibles del Universo lejano y cercano gracias a sus tres instrumentos: dos cámaras y espectrómetro de alta resolución.
El satélite Planck, por su parte, estudia el llamado fondo cósmico de microondas con una resolución y sensibilidad sin precedentes. Durante su misión ha elaborado mapas de todo el cielo y, gracias a sus observaciones, se han podido hacer estimaciones sobre la distribución de la energía oscura, la materia oscura y la materia ordinaria en el Universo.
Los datos recabados por esta misión han dado ya lugar a decenas de artículos científicos (sólo en 2014 se publicó una treintena de ellos). Sin embargo, como señala Toffolatti, «todavía quedan muchos datos por analizar por lo que, en los próximos meses, veremos más resultados importantes».
ESA/PLANCK/HERSCHEL
Fuentes: EL MUNDO.ES
Se originaron entre 2.000 y 3.000 millones de años después del Big Bang y se cree que son las precursoras de los actuales cúmulos de galaxias
Los puntos rojos muestran la localización de las agrupaciones de... Los puntos rojos muestran la localización de las agrupaciones de galaxias descubiertas PLANCK/HERSCHEL
Son auténticas fábricas de estrellas y se formaron cuando sólo habían transcurrido entre 2.000 y 3.000 millones de años desde el Big Bang. Se trata de las agrupaciones de galaxias más antiguas que han sido exploradas hasta ahora. Un total de 228 grupos que, según creen los astrofísicos, podrían ser los precursores de los cúmulos de galaxias más grandes que existen en la actualidad.
Los dos telescopios espaciales europeos Planck y Herschel, lanzados conjuntamente en mayo de 2009, han trabajado en equipo para localizar estas agrupaciones de galaxias, cuyo descubrimiento fue presentado ayer simultáneamente en el Instituto de Astrofísica Espacial de Francia, en la sede de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Holanda y en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, en EEUU. Esta investigación internacional, en la que participan científicos de la Universidad de Oviedo y del Instituto de Física de Cantabria, se publicará en la revista Astronomy & Astrophysics.
Vertiginosa formación estelar
Mientras el satélite Planck ha encontrado «el cofre del tesoro», Herschel, un observatorio espacial capaz de detectar la radiación que emiten los objetos lejanos y muy polvorientos del Cosmos, ha averiguado qué había en su interior. El cofre serían esas agrupaciones compactas de galaxias muy lejanas. Y los objetos que constituyen ese tesoro son galaxias en las que se fabrican estrellas a una velocidad asombrosa. Hasta mil veces más rápido que en la actualidad. Se forman muchas estrellas y de gran tamaño.
El símil se le ha ocurrido al astrofísico italiano Luigi Toffolatti, profesor titular del Departamento de Física de la Universidad de Oviedo, para describir, «con un poco de fantasía», el último gran descubrimiento realizado por el consorcio Planck, en el que participa desde que está misión estaba siendo diseñada, a principios de los 90.
Según precisa Toffolatti en conversación telefónica, anteriormente se habían encontrado galaxias más antiguas, es decir, de una época todavía más temprana que las que se presentan en este trabajo. Algunas de estas galaxias se formaron cuando el Universo era apenas un bebé, pues tenía sólo unos 700 o 800 millones de años: «Pero se trataba de galaxias individuales. Nunca se habían visto grupos de galaxias tan antiguos como estos».
En un estudio publicado hace una década, Toffolatti y varios colegas de la Universidad de Oviedo y del Observatorio Astronómico de Padua ya predijeron la existencia y la posibilidad de observar estos proto-cúmulos (o clumps): «Es una gran satisfacción comprobar que habíamos acertado», afirma. Sí les sorprendió, sin embargo, tanto la gran cantidad de agrupaciones detectadas (228), como la gran actividad estelar que había en ellas. «Contienen muchas estrellas explosivas y gran cantidad de polvo. Por eso han podido verse a tanta distancia», señala Toffolatti.
«Fue una sorpresa enorme encontrar en grupos tan pequeños tantas galaxias polvorientas en las que se forman estrellas de una manera tan intensa», señala Hervé Dole, investigador principal, en un comunicado de prensa. Entre los autores de este estudio, figuran también Joaquín González-Nuevo, de la Universidad de Oviedo, así como Diego Herranz y Laura Bonavera, del Instituto de Física de Cantabria.
La misión de los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) Planck y Herschel, con una duración prevista de dos años, concluyó en 2013 tras ser prolongada un par de años. Herschel es el primer observatorio espacial capaz de observar toda la gama infrarroja, lo que le permite estudiar regiones invisibles del Universo lejano y cercano gracias a sus tres instrumentos: dos cámaras y espectrómetro de alta resolución.
El satélite Planck, por su parte, estudia el llamado fondo cósmico de microondas con una resolución y sensibilidad sin precedentes. Durante su misión ha elaborado mapas de todo el cielo y, gracias a sus observaciones, se han podido hacer estimaciones sobre la distribución de la energía oscura, la materia oscura y la materia ordinaria en el Universo.
Los datos recabados por esta misión han dado ya lugar a decenas de artículos científicos (sólo en 2014 se publicó una treintena de ellos). Sin embargo, como señala Toffolatti, «todavía quedan muchos datos por analizar por lo que, en los próximos meses, veremos más resultados importantes».
ESA/PLANCK/HERSCHEL
EL ORIGEN DE LA TELARAÑA CÓSMICA
En la imagen superior se muestra un mosaico con los 228 campos o agrupaciones de galaxias, los precursores de los cúmulos de galaxias actuales. Estos proto-cúmulos, explica Luigi Toffolatti, «nos dan información sobre cómo, en la época temprana del Universo, se formó la llamada telaraña cósmica». Así se denomina una red universal de filamentos que conectan entre sí las regiones de más alta densidad de materia oscura en el Cosmos. «Los grandes cúmulos de galaxias que vemos ahora se formaron a partir de las grandes concentraciones de materia oscura. Pero hasta ahora no teníamos imágenes de los precursores de toda esa estructura». Ahora disponen de una amplia muestra de esos proto-cúmulos (más de 200), de cuya existencia antes sólo tenían indicios.
Fuentes: EL MUNDO.ES
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