La leyenda negra de la cueva del Agua, en Isla Plana

En Isla Plana, en la frontera que separa Cartagena y Mazarrón, existe un lugar mágico, casi de culto para los amantes del espeleobuceo.
Interior de la cueva del Agua.
Por allí se dejan caer casi a diario aventureros, deportistas e incluso turistas extranjeros que llegan atraídos por la belleza de un lugar que puede llegar a ser tan encantador como peligroso. Porque existe una leyenda negra asociada a la cueva del Agua de Isla Plana, un laberinto que ya se ha cobrado la vida, entre otros, de dos especialistas de la Guardia Civil, el teniente Naranjo y su compañero Antonio Sánchez, en 1996, así como del submarinista deportivo Antonio Pedro Martínez Ardiz, en 2010. Antes, a principios de los 90, murieron allí ahogados otros dos buzos.

Lo cierto es que esta gruta subterránea de al menos tres kilómetros está salpicada de nombres que asustan con solo imaginarnos situados en ellos: Ratonera, las tres Galerías del Terror y el Laberinto son parte de esta cartografía siniestra, que a lo largo de casi cuarenta años han ido trazando distintos grupos de espeleobuceadores. La sima es un verdadero portento natural con hasta 26 metros de profundidad, que además encierra numerosos secretos científicos tras los que andan incluso universidades alemanas.

La cueva tiene un recorrido laberíntico en el que destaca un ramal a la izquierda de su entrada que antes desembocaba en el Mediterráneo, pero cuya salida está ahora colmatada. Las ramificaciones son constantes y es fácil perder la orientación. En su tercio final existen dos burbujas de aire, aunque llamarlo respirable es toda una temeridad. Allí, en un lugar tan mágico como peligroso, los espeleólogos murcianos han escrito la historia de esta disciplina en las cuatro últimas décadas. Informa Francisco J. Moya.

Fuentes: http://www.laverdad.es

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