Se ha descubierto como fue la misteriosa desaparición de la famosa aviadora Amelia Earhart.
Hallan nuevos indicios sobre el misterioso desenlace de la célebre aviadora norteamericana, quien acometió un vuelo alrededor del mundo en 1937
Amelia Earhart ocupa un lugar destacado en la historia de la aviación, un mundo tradicionalmente asociado a los hombres: los hermanos Wright, Juan de la Cierva, Charles Lindbergh, Howard Hughes... Amelia vivió su primera experiencia de vuelo el 28 de diciembre de 1920, una ascensión de diez minutos en Long Beach (California) con el piloto Frank Hawks. "Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar", reconoció posteriormente. Earhart quería volar y aprendió a volar, en contra de los deseos de su familia.
La aviadora norteamericana, nacida en Atchison (Kansas) en 1897, logró varios récords en los años veinte y treinta: la mujer en volar a más altura, la primera en cruzar el Atlántico, la que alcanzó mayor velocidad y, entre otras marcas, la primera persona que voló en solitario entre Honolulú y Oakland o entre Los Ángeles y Ciudad de México. En 1937 acometió la gesta de volar, junto con Fred Noonan, alrededor del mundo realizando varias escalas. El Electra efectuó el primer vuelo de la historia entre el mar Rojo y Karachi, en Pakistán. La última vez que se recibieron señales de radio de ambos fue el 2 de julio de 1937, cuando volaban hacia la isla Howland, en pleno océano Pacífico. Las labores de búsqueda resultaron ineficaces. El avión desapareció sin dejar rastro y el suceso alimentó todo tipo de teorías.
Casi ochenta años después hay nuevos indicios que sustentan una de las teorías: el Electra no se estrelló y se hundió en el mar, sino que aterrizó forzosamente en la isla Nikumaroro (o isla Gardner) y los dos pilotos vivieron como náufragos hasta que murieron. La fundación TIGHAR, dedicada a la arqueología aeronáutica, explica en un comunicado del 22 de octubre que "se ha descubierto una nueva similitud entre Amelia Earhart y el esqueleto parcial de un náufrago que fue hallado en Nikumaroro en 1940".
Un esqueleto parcial de un náufrago fue descubierto en 1940 en la isla de Nikumaroro
Los huesos recuperados hace décadas fueron desestimados por las autoridades británicas tras el veredicto de un especialista, que afirmó que pertenecían a un hombre. Los restos mortales se perdieron y el incidente quedó relegado, hasta que la fundación TIGHAR descubrió los archivos originales británicos en 1998, que incluían las mediciones que se realizaron entonces al esqueleto. Una segunda opinión médica constató que los huesos eran "compatibles con los de una mujer de la misma altura y origen étnico que Earhart". Los nuevos indicios, descubiertos por el antropólogo forense Richard Jantz, sugieren que "si el náufrago era una persona de mediana edad, étnicamente una mujer europea, tenía los antebrazos bastante más largos de lo habitual", una característica física propia de Earhart, según ha comprobado Jeff Glickman, un especialista en medicina forense, al examinar fotos históricas de la aviadora.
Estos indicios antropológicos se suman a otros indicios materiales hallados en la isla: los restos de un zapato, similar al que llevaba Earhart cuando desapareció; botones y una cremallera de una chaqueta de aviador; e incluso placas de aluminio de un avión. Los investigadores creen que el avión aterrizó junto a una zona de arrecifes y después desapareció bajo el mar. El equipo del Proyecto Earhart regresará el año que viene a la isla de Nikumaroro, para conmemorar el 80 aniversario de la muerte de la célebre aviadora y en busca de nuevas evidencias.
Fuentes: http://www.nationalgeographic.com.es
Amelia Earhart ocupa un lugar destacado en la historia de la aviación, un mundo tradicionalmente asociado a los hombres: los hermanos Wright, Juan de la Cierva, Charles Lindbergh, Howard Hughes... Amelia vivió su primera experiencia de vuelo el 28 de diciembre de 1920, una ascensión de diez minutos en Long Beach (California) con el piloto Frank Hawks. "Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar", reconoció posteriormente. Earhart quería volar y aprendió a volar, en contra de los deseos de su familia.
La aviadora norteamericana, nacida en Atchison (Kansas) en 1897, logró varios récords en los años veinte y treinta: la mujer en volar a más altura, la primera en cruzar el Atlántico, la que alcanzó mayor velocidad y, entre otras marcas, la primera persona que voló en solitario entre Honolulú y Oakland o entre Los Ángeles y Ciudad de México. En 1937 acometió la gesta de volar, junto con Fred Noonan, alrededor del mundo realizando varias escalas. El Electra efectuó el primer vuelo de la historia entre el mar Rojo y Karachi, en Pakistán. La última vez que se recibieron señales de radio de ambos fue el 2 de julio de 1937, cuando volaban hacia la isla Howland, en pleno océano Pacífico. Las labores de búsqueda resultaron ineficaces. El avión desapareció sin dejar rastro y el suceso alimentó todo tipo de teorías.
Casi ochenta años después hay nuevos indicios que sustentan una de las teorías: el Electra no se estrelló y se hundió en el mar, sino que aterrizó forzosamente en la isla Nikumaroro (o isla Gardner) y los dos pilotos vivieron como náufragos hasta que murieron. La fundación TIGHAR, dedicada a la arqueología aeronáutica, explica en un comunicado del 22 de octubre que "se ha descubierto una nueva similitud entre Amelia Earhart y el esqueleto parcial de un náufrago que fue hallado en Nikumaroro en 1940".
Un esqueleto parcial de un náufrago fue descubierto en 1940 en la isla de Nikumaroro
Los huesos recuperados hace décadas fueron desestimados por las autoridades británicas tras el veredicto de un especialista, que afirmó que pertenecían a un hombre. Los restos mortales se perdieron y el incidente quedó relegado, hasta que la fundación TIGHAR descubrió los archivos originales británicos en 1998, que incluían las mediciones que se realizaron entonces al esqueleto. Una segunda opinión médica constató que los huesos eran "compatibles con los de una mujer de la misma altura y origen étnico que Earhart". Los nuevos indicios, descubiertos por el antropólogo forense Richard Jantz, sugieren que "si el náufrago era una persona de mediana edad, étnicamente una mujer europea, tenía los antebrazos bastante más largos de lo habitual", una característica física propia de Earhart, según ha comprobado Jeff Glickman, un especialista en medicina forense, al examinar fotos históricas de la aviadora.
Estos indicios antropológicos se suman a otros indicios materiales hallados en la isla: los restos de un zapato, similar al que llevaba Earhart cuando desapareció; botones y una cremallera de una chaqueta de aviador; e incluso placas de aluminio de un avión. Los investigadores creen que el avión aterrizó junto a una zona de arrecifes y después desapareció bajo el mar. El equipo del Proyecto Earhart regresará el año que viene a la isla de Nikumaroro, para conmemorar el 80 aniversario de la muerte de la célebre aviadora y en busca de nuevas evidencias.
Fuentes: http://www.nationalgeographic.com.es
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