El enigma de las calaveras aulladoras. Craneos Malditos

“Screamings Skulls” es el nombre que se les da a esas calaveras que protagonizan algunas de las historias del Reino Unido.

Las supersticiones han poblado ciudades, han habitado en casas y han poseído personas haciéndose más fuerte, en la mente de aquel que cree que algunos objetos traen mala suerte.

Esto es lo que ocurre en el Reino Unido con estas calaveras.

La creencia en la existencia de fantasmas se encuentra presente en todas las sociedades de la Tierra y en todas las épocas y está unida intrínsecamente al fenómeno universal de la religión y a la convicción de que dentro de nosotros existe un fragmento de sustancia divina indestructible que no desaparece tras la muerte. Las leyendas, los cuentos, los rumores y el folclore dan testimonio de ello desde los primeros escritos sumerios y egipcios y reflejan el interés que los seres humanos han tenido siempre por lo que sucede más allá de la tumba, por esos millones de “espíritus” que no han sido aniquilados aunque se hayan hecho invisibles para los mortales, que todavía ven, oyen y perciben solo por medio de sus imperfectos órganos de los sentidos.


Naturalmente, los detalles varían dependiendo del tiempo y de la sociedad, pero, en general, estas tradicionales historias sobrenaturales suelen regirse por estrictas convenciones narrativas. Es inquietante y sorprendente la similitud existente entre las historias chinas de fantasmas y las occidentales o entre los fantasmas de la Grecia antigua y los de la novela gótica del siglo XIX, por ejemplo. El fantasma advierte sobre peligros inminentes que acechan a sus seres queridos, demanda de ellos plegarias o un recuerdo más vívido, exige venganza o simplemente vaga por el universo material de sus antiguas posesiones vistiendo sus indumentarias de costumbre y llenando de temor el corazón de quienes se cruzan en su camino. Sin embargo, existen unas curiosas historias de fantasmas que parecen ser casi exclusivas de Gran Bretaña.

Una calavera aulladora es un cráneo humano de origen incierto que supuestamente provoca desgracias, fenómenos tipo poltergeist y que, sobre todo, “grita” cuando es desplazado del lugar que ocupa en una mansión.

Cada persona tiene una historia y cada calavera aulladora, no va a ser menos. Hay historias sobre esto de todo tipo, pongamos como ejemplo la más famosa, en Bettiscombe Manor (Dorset, Reino Unido). Os cuento una de las historias que pululan al ¡rededor de esta en concreto:

Azariah Pinney, propietario de la casa en el año 1685, participó en la Rebelión de Monmouth para derrotar al rey Jaime II.

Por desgracia, fracasaron y Azariah fue desterrado a la isla de Nevis, en las Antillas, convirtiéndose allí en un gran hombre de negocios al que la caña de azúcar hizo prosperar; pero todo acabó en el año 1720, cuando fallece y le deja toda su herencia a John Frederick Pinney, su nieto, criado en Bettiscombe, el cual cedió su herencia a su primo John Pretor, horrorizado por la esclavitud en las plantaciones de Nevis.

Pinney volvió a Gran Bretaña llevando con él un esclavo negro al que hizo jurar que el día en que muriese, lo enterraría en la tierra donde nació. Faltando a su palabra, cuando el esclavo murió, Pinney no cumplió con su palabra y no lo enterró en su tierra natal, si no que lo enterró en Bettiscomebe. Fue entonces cuando comenzaron los quejidos.

Exhumaron el cadáver y lo encerraron en el desván, y los quejidos, los golpes y lamentos cesaron. Solo conservaban la calavera sin la parte inferior de la mandíbula.

Esta no es la única versión de esta historia de la calavera de Bettiscombe; en 1964, Eric Maple descubrió diferentes historias como la que dice que en las ocasiones en las que habían intentado sacar la calavera de la mansión, todos los habitantes de la comarca habían sufrido las consecuencias; el ganado enfermó, las cosechas se echaban a perder por las tormentas incluso algunos que intentaron deshacerse de la calavera, falleció poco después.

Maple entrevistó a alguien que dijo “los gritos de la calavera que guardaban en la buhardilla, que eran más bien chillidos, como los de un ratón atrapado”.

Hay calaveras, que por el contrario, son reacias a ser enterradas, como sucede con la calavera de Anne Griffith.

La historia cuenta que en el condado de York, concretamente en Burton Agnes Hall en el S. XVI, vivía Anne Griffith con sus dos hermanas que se encontraban construyendo una casa.

Unos asaltadores atacaron a Anne, la cual murió 5 días después a causa de las heridas. Su último dese fue que emparedasen su calavera entre los muros de la casa para así poder ver la obra terminada, pero sus hermanas le dieron sepultura al cuerpo junto con la cabeza. Fue entonces cuando comenzaron los fenómenos paranormales.

Cuando las hermanas exhumaron el cuerpo poco tiempo después, se encontraron con un cráneo sin apenas carne y separado de cuerpo, algo bastante extraño para el tiempo que el cuerpo llevaba enterrado.

Así que cedieron ante el deseo de su hermana y pusieron la calavera en la casa. Pero las hermanas murieron y dejaron la casa en herencia a la familia Bonynton, que decidieron volver a enterrarla. No pasó mucho tiempo cuando los alaridos volvieron a escucharse que les hicieron volver a dejar la calavera donde estaba.

O calaveras que predicen desastres, como Dickie, la calavera de una mujer asesinada guardada en Tunstead

Farm, en el condado de Derbyshir, la cual aúlla cuando la sacan de la casa, cuando llegan extraños, cuando los animales enferman o cuando alguien de la casa está cercano a la muerte.

Acherontia Atropos, comunmente conocida como “Esfinge de la calavera” o “Esfinge de la muerte” el cual hace alusión al dibujo de su dorso. Es una mariposa nocturna que emite chillidos como los de un ratón. Se conoció mundialmente gracias a la película “El silencio de los corderos” cuando en el cartel de la película, aparece esta mariposa.


Fuentes: foroamistad.org

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