El telegrama Zimmermann

El día 17 de Enero de 1917, un mensaje cifrado llegó al departamento criptoanalítico del gobierno británico bautizado como Sala 40. Dos funcionarios de guardia comenzaron la tediosa tarea de descifrarlo. Ignoraban que contenía la clave para arrojar a los Estados Unidos del lado de los aliados, y tal vez terminar con la más cruenta guerra jamás conocida hasta la fecha.

El mensaje, que pasó a la historia como el “telegrama Zimmermann”, estaba cifrado con una clave diplomática alemana, conocida como clave 0075, y fue enviado por el ministro alemán de exteriores Arthur Zimmermann al embajador alemán en Washington, Conde von Bernstorff. Los criptoanalistas ingleses consiguieron una solución parcial, que posteriormente fue confirmada gracias a una segunda copia del telegrama, enviado por Von Bernstoff a su homólogo en Ciudad de México, el embajador Eckardt, y cifrado mediante la clave 13042 (variante a su vez de la clave diplomática alemana 13040).

Los ingleses tenían en su poder una copia de la clave 13040 tras habérsela arrebatado a un agente alemán en Persia. David Kahn, por contra, afirma que el conocimiento de dicha clave vino por los medios criptoanalíticos habituales: captura de mensajes cifrados, análisis de redundancias y frecuencias, y mucha inventiva. El hecho de que los dos expertos más ilustres en este campo sean incapaces de ponerse de acuerdo nos da una idea de la capa de secreto que incluso hoy envuelven sucesos de hace casi cien años. Pero cualquiera que fuese su origen, las consecuencias finales son incontestables.

El telegrama Zimmermann, una vez descifrado, indicaba las intenciones alemanas por llevar a México y Japón a una guerra con Estados Unidos con objeto de mantener a este país lejos del teatro de guerra europeo. Pero su consecuencia última fue precisamente la opuesta: el pueblo norteamericano, indignado ante la conspiración alemana, obligó al pacifista presidente Woodrow Wilson a entrar en guerra del lado de los aliados.

NOTA DE PRENSA DE LA ÉPOCA
El siguiente artículo fue tomado del “Manual de Criptografía. La Escritura Secreta”, por Fuentes Rabe Arturo, Instituto Geográfico Militar, Santiago de Chile, 1943.

En la mañana del 19 de Enero de 1917, el Servicio Secreto norteamericano interceptó un mensaje proveniente de Berlín con destino a México, provocando uno de los aconteciemientos más decisivos de la Primera Guerra Mundial.

El telegrama Zimmerman, conocido como “el más audaz de los golpes efecutados por el Servicio Secreto”, decía: “El Primero de Febrero nos proponemos dar comienzo a la guerra submarina sin restricción. Alemania propone a México una alianza contra los EE.UU. en la cual será invitado a participar el Japón, y que, en el caso de victoria, obtendrá como premio una importante anexión territorial”.

La propuesta alemana no dejaba ninguna duda, por lo que el Presidente Wilson se apresuró en comunicarla a los sectores de la Nación que aún defendían la idea de que Estados Unidos mantuviese una posición neutral en el conflicto. Según afirmó Albert Pignaud: “en el momento en que este affaire explotó el Presidente Wilson llegó a mirar como inevitable la intervención de su país en la lucha.”

El telegrama, cuyo contenido mostraba una clara violencia hecha por los alemanes en contra de los Estados Unidos de América, se convirtió entonces en la evidencia que justificaba la intervención norteamericana en la lucha que estaba por inciarse en Europa. Y fue así como el 3 de Febrero de 1917 se rompieron oficialmente las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Alemania.


LA TRADUCCIÓN APROXIMADA DEL TELEGRAMA
(Telegrama) 130, (clave) 13042. Telegrama del ministerio de asuntos exteriores, 16 de Enero: número 1. Alto secreto. A descifrar por usted mismo.

Tenemos la intención de comenzar la guerra submarina sin restricciones a partir del primero de febrero. Se intentará, no obstante, que los Estados Unidos se mantengan neutrales. Para el caso de que no sea posible lograrlo, ofrecemos a Méjico una alianza sobre las siguientes bases: guerra conjunta, tratado de paz conjunto, generosa ayuda financiera y acuerdo por nuestra parte de que Méjico podrá reconquistar los territorios de Tejas, Nuevo Méjico y Arizona perdidos en el pasado. Dejo los detalles a su excelencia. Sírvase usted comunicar lo anteriormente dicho al presidente, en el más absoluto secreto, tan pronto como la declaración de guerra contra Estados Unidos sea algo seguro, y sugiérale que invite inmediatamente, por iniciativa propia, a Japón para unirse y que haga de intermediario entre nosotros y Japón. Sírvase advertir al presidente que el uso despiadado de nuestros submarinos ofrece ahora la perspectiva de que Inglaterra sea forzada a la paz en pocos meses.

Acuse recibo. Zimmermann. Fin del telegrama

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