Elisa Lam y el misterio del ascensor del Cecil Hotel: un crimen sin resolver

Este martes se cumplen 4 años desde que la policía de Los Ángeles encontró el cuerpo en descomposición de la joven canadiense

La muerte de Elisa Lam parece salida de la mente de un guionista de Hollywood. Este martes se cumplen cuatro años de su fallecimiento y todavía hoy nadie ha sabido explicar que es lo que sucedió ese fatídico 31 de enero.

Corría el año 2013 cuando Elisa empezó a sufrir depresión. Tras tres años estudiando en la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver, la joven decidió tener un cambio de aires para animarse y decidió hacer las maletas. A sus padres, ambos emigrantes chinos, no les hacía mucha gracia la idea, pero Elisa, estaba decidida a emprender nuevas aventuras y a ver mundo.
Elisa se instaló en la peor calle del peor barrio de la ciudad.


Tras una primera estancia en San Diego, California, esta estudiante de 21 años planeó acercarse hasta Los Ángeles. Emocionada por conocer con todo detalle los escenarios donde actuaban los actores del séptimo arte, Elisa no se percató de que se iba a hospedar en la peor calle del peor barrio de la ciudad. Allí, en la calle Main Street se levantaba el hotel Cecil – hoy rebautizado como Stay on Main –un envejecido establecimiento de los años 20, con 600 habitaciones de bajo coste y con vistas a la zona más deprimida de la ciudad.

Elisa eligió este lugar para pasar los próximos 4 días porque, tal y como escribió en su Tumblr, le pareció “un sitio interesante: “Fue construido en 1928 de ahí su estilo Art Decó. Así que sí, tiene clase, pero como todo L.A. está en decadencia. Desde luego este es el sitio que Baz Luhrman necesita para rodar el Gran Gatsby”.

Imagen de archivo del Cecil Hotel de Los Ángeles (Tumblr)

No había día en que no llamara a casa para explicar sus nuevas hazañas. Pero no llamó durante su último día, ni lo volvió a hacer. Este hecho extrañó a sus padres, que alertaron a la policía. Empezaba la investigación.

El personal del hotel la vio con vida aquella mañana, pero desde ese momento nada más se supo de ella. Los carteles de búsqueda inundaban el vecindario, pero nadie vio nada. Tras dos semanas sin noticias, el caso dio un giro inesperado. La policía tuvo acceso a un vídeo de vigilancia del hotel, grabado días antes, en el que se podía ver a Elisa, actuando de forma extraña en uno de los ascensores del Cecil.

La joven se limitó durante un buen rato a pulsar los botones del ascensor de manera compulsiva. Acto seguido, entraba y salía del elevador, sin motivo aparente, y se ponía a bailar. Finalmente, Elisa se marchó. Las puertas se abrieron y cerraron varias veces hasta que el vídeo terminó. Parecía que hablara con alguien, aunque nunca se llegó a saber si realmente había alguien al otro lado.

Tras varias semanas sin noticias de la canadiense, la policía dio con su paradero. Sucedió una mañana en que los residentes del hotel empezaron a quejarse del sabor y color del agua que provenía de las habitaciones. Confundidos, los trabajadores empezaron a investigar y se toparon con una horrible sorpresa: en uno de los tanques de agua que suministraba el hotel, se encontró el cuerpo en descomposición de Elisa. La policía confirmó que no había rastro de agresión sexual, trauma ni suicidio.

La noticia se expandió rápidamente por todo el mundo y se trató con especial cuidado en su país natal. En su día, el diario Toronto Star hizo un reportaje tratando de despejar las incógnitas del caso. Por su parte, tanto la CNN como la CBS, así como las televisiones canadienses, trataron en profundidas el suceso.
La policía dio con el cuerpo de Elisa tras las quejas de los residentes del hotel por el sabor y el color del agua

Los bomberos tratan de extraer el cadáver de Elisa Lam (Reuters)

Nadie supo como la joven tuvo acceso a ese lugar. El tanque no tenía fácil acceso y estaba cerrado con llave. Además, una vez abierto, la tapa pesaba tanto que la policía, rendida, acabó haciéndole un orificio para sacar el cadáver.

Meses más tarde, la policía difundió el vídeo del ascensor para ver si algún experto encontraba alguna explicación que ayudara a continuar con la investigación. Interesados, los medios se centraron en el caso y descubrieron que el Hotel Cecil escondía una oscura historia criminal, incluyendo muertes y múltiples casos de suicidio.

La joven Elisa Lam (Tumblr)

Los más conspirativos establecieron conexiones entre la muerte de la mujer con Richard Ramírez, que había vivido en ese hotel durante bastante tiempo en los años 80. Ramírez fue acusado de matar a 14 mujeres durante esa época y se hizo famoso durante su juicio que era “adorador de Satán”. El individuo falleció meses antes del suceso, por lo que no pudo ser el asesino de Elisa. Sin embargo, hasta la propia policía acabó creyendo que lo que sucedió en el Cecil eran hechos paranormales.

El cine y la televisión no tardaron en adaptar la historia que conmocionó a todo Estados Unidos. Ryan Murphy basó una temporada de la serie American Horror Story en el Hotel Cecil. De hecho, en el cuarto episodio de la temporada aparece el criminal Richard Ramírez. El director Peter Nowalk también basó parte de la primera temporada de Cómo defender a un asesino en este caso.

Tras estudiar el caso, el prestigioso psiquiatra forense José Cabrera solo encontró dos respuestas para explicar el extraño comportamiento de Elisa: que tuviera un brote psicótico o que estuviera siendo perseguida. Sin embargo, a día de hoy, nadie sabe que es lo que realmente sucedió a Elisa Lam.

Los padres de Elisa Lam anunciando su desaparición en Canadá (Reuters)

Fuentes: Lavanguardia.com

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