La NASA apunta a Marte

La agencia espacial de EEUU reitera su intención de dar el siguiente 'gran salto para la Humanidad' en el planeta rojo
La huella de Armstrong en la Luna, transformada en una pisada en...

Cuarenta y cinco años después de la primera huella humana sobre el polvo blanco de la Luna, la agencia espacial estadounidense NASA ha asegurado que los primeros humanos que hollarán el suelo rojo de Marte "caminan hoy sobre la Tierra".

El 20 de julio de 1969 más de 500 millones de personas en todo el mundo -la mayor audiencia televisiva hasta entonces- observaron las imágenes en blanco y negro de los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin moviéndose, livianos, en el Mar de Tranquilidad selenita.

"Hoy nos hallamos en un nuevo horizonte, listos para el próximo salto más profundo en el Sistema Solar", ha proclamado la agencia espacial en su web, que hoy recuerda la histórica hazaña del programa Apolo. En homenaje a la memoria de Neil Armstrong, fallecido en agosto de 2012, la NASA ha rebautizado uno de sus principales edificios en el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral con el nombre del primer hombre que puso su pie en la Luna, en una ceremonia que ha tenido lugar este lunes con la participación con sus dos colegas en la misión Apolo 11, Aldrin y Michael Collins.

En un momento en el que Washington se enfrenta a Moscú en otra puja geopolítica, el país recuerda una era en la que la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética espoleó un esfuerzo tecnológico sin precedentes que llevó a dos hombres a la Luna aquella jornada.

El 25 de mayo de 1961, en un "mensaje especial al Congreso sobre necesidades nacionales urgentes", el entonces presidente John F. Kennedy afirmó que Estados Unidos debía ponerse la meta de "llevar un hombre a la Luna y traerlo a salvo a la Tierra" antes del fin de esa década.

En solo ocho años se alcanzó una meta que los científicos y soñadores habían explorado durante décadas: la oportunidad de observar la Tierra desde un suelo lejano.

La NASA ha simbolizado el momento actual en su aventura espacial con una composición fotográfica en la que la marca de una bota de astronauta pisa con el talón un suelo blanco selenita y con su punta delantera el rojizo suelo marciano.

Un presupuesto menguante

Aunque la aventura espacial de la humanidad se ha expandido, en realidad hoy Estados Unidos se encuentra a la zaga del esfuerzo de las décadas de 1950 y 1960, cuando concentró una enorme infraestructura industrial para llevar astronautas a la Luna.

En aquel entonces las fábricas de Estados Unidos producían una flota de enormes cohetes propulsores Saturn, la opinión pública estaba fascinada por la exploración espacial y existía un consenso político que aprobó durante tres décadas la inversión de billones de dólares en el esfuerzo.

En la última década la NASA ha tenido casi que mendigar al Congreso los fondos para completar su programa de transbordadores espaciales, que concluyó en 2011, la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS) y el desarrollo de proyectos para el futuro.

Tan solo el programa de tres décadas de los transbordadores tuvo un coste de 209.000 millones de dólares, aumentado con la pérdida de dos de las naves y la muerte de catorce astronautas.

Las misiones tripuladas han sido las más conocidas, y espectaculares, pero la NASA tiene un menú más amplio que comprende cápsulas que han llegado a los límites del Sistema Solar, robots que curiosean en Marte, y telescopios que han enriquecido el conocimiento humano con imágenes de la inmensidad del Universo.

En agosto de 2010, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, describió su esperanza para la exploración espacial durante un discurso en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, que predijo el envío de astronautas a un asteroide hacia 2020, y un viaje de ida a Marte y vuelta a la Tierra a comienzos de la década de 2030.

Las cápsulas no tripuladas enviadas hasta ahora a Marte han requerido entre 150 y 210 días para llegar hasta el planeta rojo. Pero estos son artefactos mucho más pequeños y livianos que las cápsulas necesarias para albergar astronautas y suministros en un viaje de ida y vuelta.

¿Volver o no volver a la Luna?

Sin embargo, cuarenta y cinco años después del primer aterrizaje lunar, sigue existiendo división de opiniones en EEUU sobre el papel que debería tener la Luna de cara a la preparación de una futura misión a Marte.

El esfuerzo más reciente para regresar con astronautas a la Luna terminó en 2010 cuando la Casa Blanca, bajo la presidencia de Obama, canceló un programa de la administración anterior llamado Constellation para volver al satélite terrestre. En lugar de ello, la NASA se dirige ahora a comenzar a planificar para una expedición humana a un asteroide.

Esa iniciativa, prevista para 2025, incluye también una misión robótica para redirigir un pequeño asteroide o un gran pedazo de asteroide a una órbita lunar. Los astronautas luego llegarían hasta él para recoger muestras y traerlas a la Tierra. Las misiones están pensadas como peldaños para eventuales expediciones humanas a Marte.

Este camino, sin embargo, está lleno de tecnología que no contribuye directamente a la protección radiológica, los sistemas de aterrizaje, los hábitats y otros proyectos necesarios para construir el camino a Marte, según concluyó un panel del Consejo Nacional de Investigación en junio.

Después de un estudio de tres años de las diferentes opciones para la exploración humana del espacio, el panel dijo que un camino más viable y sostenible sería volver a la Luna.

"La luna, y, en particular, su superficie, tiene ventajas significativas sobre otros objetivos como un paso intermedio en el camino hacia la meta horizonte de Marte," escribió en su informe el Comité del Consejo de Vuelos Tripulados.

"Está claro para mí que no vamos a ser capaces de construir una base de investigación a largo plazo en Marte, si antes no lo hacemos en la luna", declaró el científico planetario Chris McKay en un artículo titulado 'El Caso del NASA. Base de Investigación en la Luna", que fue publicado el año pasado en la revista Nuevo Espacio.

"Las nuevas tecnologías y enfoques, y un creciente interés internacional en la luna hacen que sea el momento adecuado para considerar una base que es diez veces más barata que los diseños básicos anteriores", añadió McKay en un correo electrónico.

"Está claro para mí que no vamos a ser capaces de construir una base de investigación a largo plazo en Marte, si antes no lo hacemos en la Luna", declaró el científico planetario Chris McKay en un artículo titulado El Caso del NASA. Base de Investigación en la Luna, que fue publicado el año pasado en la revista Nuevo Espacio


Fuentes: El mundo.es

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