La vida después de la muerte
marzo 02, 2015
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¿Por qué algunas historias de apariciones quedan grabadas en nuestro imaginario colectivo?
De no encontrarse argumento que nos convenza, las historias perduran por años y pueden establecerse como hechos irrefutables o como cuentos inverosímiles.
Desde la más remota antigüedad, muchos rituales fúnebres dedicaban especial atención al tránsito del ser humano a la hora de su muerte, entendida ésta como un momento de transición entre el estado material e inmaterial. Se decía que el ser humano podía cambiar de estado, pero su conciencia no moría.
En la actualidad la diversidad de creencias al respecto hacen que el ser humano no se apoye en una sola. Por eso, miles de preguntas surgen al perder a un ser querido, subraya Hugo Alberto Iarza, investigador del Centro de Investigación y Enseñanza de Parapsicología Científica y Terapias Alternativas de Argentina en su artículo La vida después de la muerte.
Para el sacerdote católico José Luis Guerrero, la vida no se acaba.
“La muerte es el parto hacia una vida plena. Todo ser está hecho para una situación mejor que viene después. Respecto de la postura de la Iglesia católica, hay un lapso de espera que puede ser largo o corto entre la muerte física y la resurrección. Cuando hablamos de espíritu, hay que entender que es un ser no material que no se destruye tras la muerte, sino que sigue, independientemente si el deceso fue violento. El cuerpo físico se puede morir, pero el espíritu perdura; se encuentra en todas partes, sin límites. A diferencia del fantasma que por definición sí se ve, el espíritu no se ve porque no es materia, pero se vive y se siente" Guerrero
La tendencia a creer que un fantasma es un ser que trascendió a la muerte existe porque, a decir de Guerrero, en la vida cuando no entendemos algo queremos darle una explicación según nuestros criterios limitados.
Ante fenómenos que salen de nuestra comprensión, nos vemos rebasados. De no encontrarse algún argumento que nos convenza, estas historias quedan grabadas en el imaginario colectivo, perduran por años y pueden establecerse como hechos irrefutables o como cuentos inverosímiles.
Fuentes: QUO.MX
De no encontrarse argumento que nos convenza, las historias perduran por años y pueden establecerse como hechos irrefutables o como cuentos inverosímiles.
Desde la más remota antigüedad, muchos rituales fúnebres dedicaban especial atención al tránsito del ser humano a la hora de su muerte, entendida ésta como un momento de transición entre el estado material e inmaterial. Se decía que el ser humano podía cambiar de estado, pero su conciencia no moría.
En la actualidad la diversidad de creencias al respecto hacen que el ser humano no se apoye en una sola. Por eso, miles de preguntas surgen al perder a un ser querido, subraya Hugo Alberto Iarza, investigador del Centro de Investigación y Enseñanza de Parapsicología Científica y Terapias Alternativas de Argentina en su artículo La vida después de la muerte.
Para el sacerdote católico José Luis Guerrero, la vida no se acaba.
“La muerte es el parto hacia una vida plena. Todo ser está hecho para una situación mejor que viene después. Respecto de la postura de la Iglesia católica, hay un lapso de espera que puede ser largo o corto entre la muerte física y la resurrección. Cuando hablamos de espíritu, hay que entender que es un ser no material que no se destruye tras la muerte, sino que sigue, independientemente si el deceso fue violento. El cuerpo físico se puede morir, pero el espíritu perdura; se encuentra en todas partes, sin límites. A diferencia del fantasma que por definición sí se ve, el espíritu no se ve porque no es materia, pero se vive y se siente" Guerrero
La tendencia a creer que un fantasma es un ser que trascendió a la muerte existe porque, a decir de Guerrero, en la vida cuando no entendemos algo queremos darle una explicación según nuestros criterios limitados.
Si vemos una situación desconocida o sentimos una energía que no conocemos, decimos que es el diablo, un ángel, un fantasma. En general, da mucho miedo, pero no aceptamos desconocer las cosas” Guerrero
Ante fenómenos que salen de nuestra comprensión, nos vemos rebasados. De no encontrarse algún argumento que nos convenza, estas historias quedan grabadas en el imaginario colectivo, perduran por años y pueden establecerse como hechos irrefutables o como cuentos inverosímiles.
Fuentes: QUO.MX
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